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El riesgo del consumo excesivo de refrescos

En estos días, se publican numerosos consejos sobre cómo cumplir con las recomendaciones de actividad física de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que van desde apps que ayudan a ejercitarse en un espacio reducido a una sugerencia de instrumentos y artículos que pueden ayudar a montar un mini gimnasio en casa.

La realidad es que el exceso de tiempo que tienen las personas no siempre va acompañado de ganas locas y desesperadas de ejercitarse. Es más fácil que de lo que tengas ganas es de realizar el ejercicio de levantarte del sillón, caminar al refri, comer algo y justo ahí es donde usualmente encontramos una gran variedad de opciones de refrescos.




Los datos de Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer IARC dejaron claro que beber dos o más vasos de refresco al día (en comparación con menos de un vaso al mes) aumentaba el riesgo de mortalidad por todas las causas. Uno de los datos que más llama la atención, es que la asociación se establece igual con refrescos azucarados que edulcorados. Además, de una mayor mortalidad por todas las causas, el estudio desveló mayor riesgo de mortalidad por enfermedades circulatorias y por patologías digestivas. No se observó asociación entre el consumo de refrescos y un mayor riesgo de muerte por cáncer.




Los refrescos (sobre todo los azucarados) no son buenos en una alimentación saludable, además de obesidad, su consumo se asocia al colesterol elevado, problemas cardiovasculares y a un mayor riesgo de hígado graso. Algunos de los estudios relacionan de forma clara el consumo de refrescos con el aumento del riesgo de desarrollar enfermedades cardiometabólicas.


Existe una significativa relación entre el consumo de refrescos y el denominado síndrome metabólico (una cintura ancha, un alto nivel de triglicéridos en sangre, niveles bajos de colesterol HDL o 'bueno', azúcar elevado en sangre y presión arterial elevada). El consumo de un refresco al día aumenta el riesgo de hipertensión. Asimismo, el consumo de dos refrescos a la semana también aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2.


Además, tomar refrescos de forma regular o bebidas azucaradas disminuye hasta un 17% la sensibilidad a la insulina, algo que explicaría los elevados niveles de azúcar en sangre de los individuos que consumen estas bebidas.

No permitamos que este exceso de tiempo libre se convierta en un exceso en el consumo de alimentos perjudiciales para nuestra salud. Es momento de alimentarnos mejor.


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